La aldea pedánea de Miguelturra, Peralvillo, vivió recientemente unas jornadas llenas de devoción, alegría y convivencia. La festividad, que culminó con la procesión en honor a San Marcos, patrón de la localidad, atrajo tanto a vecinos como a visitantes, uniendo a la comunidad en la celebración de su rica historia y cultura.
El pasado domingo, tras la solemne misa, se llevó a cabo la esperada procesión en la que San Marcos fue acompañado por la Virgen Blanca, al compás de la Banda Sinfónica de Miguelturra. El desfile recorrió las calles de Peralvillo, impregnando el ambiente de fervor y tradición. La presencia del alcalde de Miguelturra, Luis Ramón Mohíno, junto al alcalde pedáneo, Felipe Rivas, y otros miembros del Equipo de Gobierno, destacó la relevancia de este evento en la vida de la comunidad.
Al término de la procesión, los asistentes disfrutaron de la tradicional «puñada» y una refrescante limonada con aperitivos, cerrando así unas jornadas que, como expresó Rivas, «fortalecen los lazos comunitarios y mantienen viva la historia y cultura local».
El inicio de las festividades se dio el viernes 25 de abril, con una hoguera tradicional y un asado, inaugurando un fin de semana lleno de actividades. El sábado 26 fue un día dedicado a la convivencia, con un desayuno de chocolate con churros ofrecido por la Asociación de Cazadores y un aperitivo frío organizado por el Ayuntamiento de Miguelturra y la Asociación de Vecinos de Peralvillo. Por la tarde, los juegos de mesa como truque, parchís y dominó dieron lugar a una atmósfera de camaradería. La jornada concluyó en el salón social, donde se proyectó la final de la Copa del Rey, acompañada de un picoteo que animó la velada.
Estas celebraciones no solo resaltan el fervor religioso, sino también el espíritu acogedor e inclusivo de una comunidad que, mediante estas actividades, se fortalece y se consolida año tras año.
Nota del Ayuntamiento de Miguelturra.