Miguelturra Rinde Tributo Emotivo al Legado de sus Mayores


En una jornada colmada de gratitud y emoción, la Asociación de Amas de Casa ‘El Ramo’ de Miguelturra celebró su tradicional homenaje a las personas mayores, evento que se ha consolidado como una cita ineludible en la localidad. Este año, la ceremonia destacó la longevidad admirable de Julián Muñoz Romero, de 101 años, y la dedicación incansable de Francisca Sobrino Rojas, de 95 años, quien sigue activa en la asociación tras casi cuatro décadas.

El acto contó con un significativo respaldo institucional. Entre los asistentes se encontraban el alcalde de Miguelturra, Luis Ramón Mohíno; la concejala de Bienestar Social, Caridad Sánchez, y varios miembros de la Corporación Municipal. La presencia de estas autoridades subraya la importancia del evento, que va más allá de un simple reconocimiento social para convertirse en un homenaje a una generación que ha marcado la historia del municipio.

Durante su intervención, el alcalde Mohíno destacó el inestimable legado de la generación homenajeada. «¿Cuánto tenemos que aprender de esta generación? Supieron reponerse de los años tan negros de la guerra y la dictadura, creando grandes familias y un estilo de vida basado en la cordialidad y el consenso», afirmó. Concluyó con una reflexión emotiva: «Por muchos homenajes que hagamos, nunca seremos capaces de devolverles todo lo que han dejado».

El regidor tuvo palabras de especial cariño para los homenajeados del día, ensalzando la longevidad de Julián y deseándole «sumar más años de vida», mientras que hacia Francisca expresó admiración por su compromiso con el asociacionismo de mujeres y la sociedad de Miguelturra.

Tani Imedio, presidenta de la asociación, abrió el acto recordando el significado profundo del tributo: honrar a las personas mayores «que son la base de nuestro desarrollo y nuestra cultura». Con afecto, explicó la elección de Francisca para el reconocimiento de este año, destacando su lealtad y colaboración durante 37 años en la asociación.

El momento más emotivo llegó con las intervenciones de las nietas de Julián y Francisca, quienes compartieron anécdotas llenas de amor y admiración. Sus palabras conmovieron a los asistentes, creando una atmósfera de emoción y orgullo colectivo.

La ceremonia culminó con la entrega de placas conmemorativas, ramos de flores y un pastel para ambos homenajeados, símbolos tangibles del cariño de la comunidad. Además, Francisca recibió un ramo especial por parte de la Asociación de Vecinos del Barrio Oriente, gesto que evidencia el aprecio de su vecindario.

Este homenaje anual no solo reafirma una tradición, sino que también recuerda que el progreso de una comunidad se construye sobre los sólidos cimientos dejados por las generaciones pasadas.

Nota del Ayuntamiento de Miguelturra.

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